La Iniciación
Todo hombre que cultiva un ideal, es en cierto modo un iniciado.Y esto es
verdadero hasta en aspecto más burdamente materialista. El que quiere ser un buen
boxeador se ve obligado a seguir una disciplina referente a alimentación, ahorro sexual,
descanso, entrenamiento, morigeración de costumbres, represión de ciertos vicios, etc., que
supone el sacrificio de los deseos y caprichos de la naturaleza instintiva y pasional, en aras
de una finalidad que ha trascendido de cierta manera y se sobrepone al egoísmo personal.
El cultivo de cualquier ideal supone sacrificio; pero aquí me voy a referir solamente